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Amor y abnegación

Amor y abnegación

2 minutos
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26 de enero de 2011

Pregunta: ¿Actúan alguna vez los humanos desinteresadamente, incluso en el amor?

Respuesta: La gente actúa desinteresadamente todo el tiempo. De hecho, esa es una de las claves de lo que está mal en gran parte del mundo. Sin duda explica por qué tantas relaciones amorosas acaban mal.

El objetivismo sostiene que los seres humanos tenemos libre albedrío. Elegimos nuestras acciones. Necesitamos principios morales porque necesitamos saber cómo DEBERÍAMOS elegir. El objetivismo sostiene que el egoísmo racional es objetivamente bueno. Es como la gente debería actuar. Pero si la gente actuara habitualmente así, no seríamos un grupo radical, y la ética objetivista sería simplemente sentido común. Cada vez que una persona rica vota a favor de subir los impuestos, vemos un comportamiento altruista. Cada vez que dos personas se casan porque creen que sus amigos y su familia aprobarán su elección, vemos un comportamiento altruista. Ahora mismo hay una oleada de atentados suicidas en Oriente Medio. Eso sí que es altruismo, aunque quizá esté más motivado por el odio que por el amor.

La pregunta que ha formulado: "¿la gente hace alguna vez X?" es una pregunta positiva. Pregunta sobre lo que es.

Quizá querías hacer una pregunta normativa como "¿Deberían los humanos actuar alguna vez de forma desinteresada, incluso en el amor?". Esto pregunta sobre lo que deberíamos hacer.

Sobre esta cuestión, le sugiero que lea la obra de Ayn Rand Atlas encogido de Ayn Rand. Un tema importante de esa novela es la relación entre el amor y el interés propio. Hay sutilezas que no tengo tiempo de abordar aquí.

La respuesta corta es que incluso el amor debe ser egoísta. Como escribe Ayn Rand en El manantial "Para poder decir 'te quiero', tienes que poder decir el 'yo'".

En términos objetivistas, "egoísta" significa "preocupado por sus propios intereses". Y la vida y la felicidad son la base de los intereses propios, no el mero capricho o deseo. De modo que el egoísmo objetivista es un egoísmo racional, basado en principios, no una actitud solipsista, estrecha, de dinero en efectivo, hacia los demás.

El amor es una celebración de los propios valores encarnados en otra persona. El amor romántico (y, en cierta medida, cualquier relación íntima) también nos da el valor de la visibilidad psicológica: poder vernos reflejados en la respuesta del otro. Uno puede valorar tanto a otra persona que se ve a sí mismo amenazado por lo que amenaza al ser amado, o tanto que no merece la pena vivir sin esa persona (ese es un tema en Atlas encogido ).

Pero, en general, el amor no es abnegación. El amor no consiste en renunciar a uno mismo, sino en expandirse. El comercio, el intercambio de valor por valor, voluntariamente y en beneficio mutuo, debe ser el principio rector de todas las relaciones. Esto se aplica al intercambio comercial, pero también al intercambio de valores inmateriales que implica la amistad y el amor. El autosacrificio (que es autodestrucción) es contrario al comercio y a cualquier relación benévola entre las personas. Forma parte de una actitud moral nauseabunda que ama la muerte y admira más al mártir.

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