Critical Race Theory Draw My Life Transcript

En una de nuestras producciones más vanguardistas hasta la fecha, presentamos a una nueva villana, que remonta las raíces de su credo a su primer profeta, Karl Marx, que separó el mundo en "opresores y oprimidos". Tras los innumerables y manifiestos fracasos del Marxismo, el Postmodernismo se alzó para llenar el vacío, cediendo la Teoría Crítica para perseguir la lucha al servicio de la "Justicia Social." Vea el vídeo AQUÍ: o lea la transcripción a continuación.

Hill: Critical Race Theory Serves to Usher in Communist Agenda in America

Mi nombre es Teoría Crítica de la Raza.

Bienvenido a mi Iglesia.  

Nuestro primer profeta, Karl Marx, nos dio una visión del socialismo, dividiendo el mundo entre opresores y oprimidos. Pero un demonio llamado Realidad lo desbarató a cada paso. Así surgió el Postmodernismo para negar la Realidad, deconstruyendo el lenguaje y el arte.

La Teoría Crítica fundó nuestro orden, deconstruyendo la teoría, no en busca del falso dios de la verdad, sino para glorificar la Justicia Social.

Nos crió en nuestro convento. En aislamiento académico, estudié con mis hermanas -- Teoría Queer, Estudios de Género, Estudios Postcoloniales, y otros acólitos.

Pero no estaba satisfecho con la vida enclaustrada. Quería conversos, pompa, poder. Así que decidí empezar mi propia religión.

Hice un pacto con un demonio: se llamaba Racismo. Me enseñó la importancia primordial del color de la piel y compartí su obsesión por el ADN.

Con su ayuda, mi culto sería mucho más radical que el anticuado antirracismo de Martin Luther King Jr. y Frederick Douglass.  

Did Ayn Rand Foresee the Culture Wars?‍

No reconocieron que los blancos nacen racistas y que sólo pueden aceptar sus pecados si ven más la raza, no menos.

Además, puede que fueran negros, pero también eran hombres y, por tanto, machistas. 

Mi nuevo credo de la interseccionalidad conectaba la opresión de los negros con otras intolerancias y fobias, lo que llevaba a la jerarquía eclesiástica a elevar a los que podían afirmar ser los más victimizados.

Como las religiones de antaño, apelé a la culpa, la vergüenza y, sobre todo, a la obediencia incondicional. Popularicé mi fe con mantras como Black Lives Matter, e inventé rituales. 

Mis seguidores no estaban "salvados"... estaban "despiertos". Mi pueblo elegido fue santificado únicamente por el color de su piel. Y los blancos sólo podían ser aliados reconociendo su racismo inherente, su pecado original.

Fuimos más allá de las universidades para captar a instituciones como el New York Times, que publicó nuestro evangelio en forma del Proyecto 1619, que denunciaba a Abraham Lincoln como un racista impenitente, y convirtió la esclavitud en el punto central de la historia estadounidense.

Incluso desarrollamos planes de estudio para escuelas de secundaria y primaria, y formamos a profesores para que afirmaran a los niños negros en su condición de víctimas y obligaran a los niños blancos a expiar los pecados de sus antepasados.

Cuando los padres se oponían, los tachábamos de terroristas... o hacíamos como si no existiera.

Hicks: Postmodernism’s Moral Low Ground

Los incrédulos fueron fácilmente culpados y avergonzados, pero una nueva raza de herejes resultó más problemática. Librepensadores como Jason Hill, Kmele Foster y John McWhorter rechazaron mi relato y ridiculizaron mis datos. Normalmente me limitaba a llamarlos racistas, pero no eran blancos, así que se me ocurrió un nuevo concepto: ¡Las ideas son racistas! Tenían ideas blancas.

Recuerda, siempre mantendré a mi rebaño a salvo de palabras violentas, porque la seguridad es más importante que cualquier cosa, incluso que la verdad. Los justos no pueden permitir la herejía. Los herejes serán cancelados, y si eso no funciona, siempre podemos cancelarlos a la vieja usanza.