Por qué los controles de precios no resolverán la inflación

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en infobae. Ha sido traducido automáticamente al inglés y publicado con el permiso del autor.

Antes de que el gobierno interviniera, la leche ya era cara, pero la gente podía comprarla. Ahora, la cantidad de leche disponible es insuficiente. Por lo tanto, el consumo total de leche disminuye. La siguiente medida a la que puede recurrir el gobierno es el racionamiento, pero esto sólo significa que ciertas personas reciben leche mientras que otras personas no reciben leche en absoluto. Estas fueron las palabras exactas de Ludwig von Mises en su libro de 1959 Economic Policy .

Pero empecemos por los conceptos. El control de precios es un tipo de intervención de un gobierno en el mercado con el fin de fijar determinados valores para bienes y servicios de acuerdo con la opinión que los gobernantes tienen sobre ellos. Este control suele crearse con el supuesto objetivo de "evitar la inflación", asumiendo que el aumento de los precios se debe a la especulación y que pueden ser controlados y estabilizados a través de dicho mecanismo. Con ello, algunos políticos y economistas dejan al descubierto su ignorancia sobre el funcionamiento de la economía. La inflación se controla dejando de emitir dinero y con gobiernos responsables, no con parches arrogantes

Making Known the Capitalism Ideal

Recordemos también que esta medida de control de precios no es una propuesta novedosa. En el libro Forty Centuries of Wage and Price Controls, publicado en 1979, Robert Schuettinger y Eamonn Butler repasaron la extensa historia de esta medida intervencionista que se remonta incluso al periodo de Diocleciano en el Imperio Romano, entre los años 284 y 305, cuando estableció una larga lista de precios controlados. Es una lástima que después de miles de años no hayamos comprendido que esta política siempre acaba fracasando. No en vano el control de precios es la base del régimen económico cubano o venezolano (y no hace falta explicar cómo están las cosas allí).

Ya lo dijo FA Hayek en El uso del conocimiento en la sociedad(1945), cuando señaló que el sistema de precios es un desarrollo social fruto de la evolución y no del diseño deliberado de alguien concreto, y es dicho sistema el que permite detectar y transmitir en términos económicos toda la información que se encuentra dispersa y repartida entre millones de individuos. Es la interacción de dos partes la que da lugar a un precio de mercado. Los precios libres son la herramienta clave para acercar la oferta a la demanda, ya que cuando se fijan o controlan precios distintos de los que reflejan la oferta y la demanda de un producto, se produce escasez o sobreproducción de bienes, que se vinculan a precios que no reflejan su abundancia o escasez. La escasez no significa la falta absoluta de un bien,

11 estadísticas económicas que cuentan la historia de Venezuela

En una economía libre, los precios nunca están en equilibrio, ya que esto sólo ocurriría en un mercado con los mismos demandantes y oferentes, y con las mismas cantidades ofertadas y demandadas; entonces definitivamente no hay variación de precios posible.

Los precios son señales. Esto es lo más importante que debemos entender. Cuando un gobierno decide aplicar esta medida de control, es decir, decidir cuánto debe costar cada cosa en el mercado en lugar de hacerlo usted, los productores pierden las señales y la información que representan los precios y ya no saben para quién o para qué producir. . En resumen, un precio controlado no es un precio: es el capricho de un funcionario del Estado que toma decisiones arbitrarias detrás de un escritorio, creyendo que lo sabe todo.

Es sencillo: un bien vale lo que el mercado está dispuesto a pagar por él. En una economía libre, los precios son el resultado de innumerables intercambios de derechos de propiedad que surgen entre individuos que valoran de distinta manera los bienes o factores de producción.

Honest Money Will Require Rediscovering Founders

Por otro lado, y una vez fijado el precio por el burócrata, el dinero que el productor recibe a cambio del bien que produce no justifica las horas empleadas ni el esfuerzo que le cuesta producir dicho bien. En otras palabras, cuando el precio de un determinado producto se fija por decreto de un político, lo que se hace a continuación es obligar al productor a vender su producto a un precio inferior a los costes que implica su producción. .

¿Qué ocurrirá después? El productor producirá menos, dejará de producir o desaparecerá del mercado para irse a otro lugar donde pueda recibir señales correctas sin interferencias. La siguiente consecuencia la tendrá que sufrir el consumidor cuando tenga que padecer escasez de productos, en este caso los argentinos, cuando nos quedemos sin varios cortes de asado, otra vez, por culpa de un gobierno lleno de prepotentes.