En esta originalísima defensa del realismo, el fundador de la Atlas Society, David Kelley, sostiene que la percepción es la discriminación de los objetos como entidades, que la conciencia de estos objetos es directa y que la percepción es un fundamento fiable para el conocimiento empírico. Su argumento se basa en el principio básico de la "primacía de la existencia", en oposición al representacionalismo cartesiano y al idealismo kantiano.
En la primera parte del libro, Kelley analiza la naturaleza y validez de la percepción. Argumenta en contra de las teorías sensacionalistas clásicas y de las modernas teorías computacionales, según las cuales la percepción implica inferencias a partir de la información sensorial. A diferencia de la mayoría de los realistas, también ofrece una consideración en profundidad de los problemas de la relatividad perceptiva. Su teoría incorpora una distinción clave entre el objeto y la forma en que se percibe. Esta distinción permite comprender el estatus de las cualidades fenoménicas, la naturaleza de la constancia perceptiva y la diferencia entre cualidades primarias y secundarias.
En la segunda parte del libro, Kelley se ocupa del modo en que distinguimos el conocimiento conceptual de la percepción. Su teoría de la justificación no proposicional muestra cómo los juicios perceptivos se apoyan en la conciencia directa de los objetos, y permite una novedosa defensa del empirismo.
Una contribución original y sustancial a la literatura filosófica, este libro será de gran valor para filósofos, psicólogos y cualquier persona interesada en el complejo tema de la teoría perceptiva.