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Emociones

Emociones

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25 de enero de 2011

Preguntas: ¿Cuál es la visión objetivista de las emociones? ¿No es una filosofía más bien fría y calculadora? ¿Cómo puede uno entusiasmarse con la idea de que una transacción comercial es el modelo y el ideal para todo contacto humano?

Respuesta: El objetivismo considera que las emociones son el resultado y el reflejo de los juicios de valor de un individuo. Nuestras reacciones emocionales ante acontecimientos, personas y opiniones se basan en nuestros valores más íntimos. Por lo tanto, están arraigadas en el sistema de valores del individuo y surgen de él.

Ayn Rand escribió que "Las emociones son el resultado automático de los juicios de valor del hombre integrados por su subconsciente; las emociones son estimaciones de lo que fomenta los valores del hombre o los amenaza, lo que está a su favor o en su contra: calculadoras relampagueantes que le dan la suma de sus ganancias o pérdidas". ("La ética objetivista", La virtud del egoísmo, p. 30)

Cada persona reacciona de forma distinta ante lo mismo porque tiene valores distintos. Los valores no son algo automático con lo que nacemos: se adquieren. Pero pueden ser objetivos, y los valores correctos son los que son coherentes con la realidad y se adquieren mediante el ejercicio de la razón.

Puesto que las emociones reflejan valores, no son, como muchos afirman, una guía para la acción. No pueden decirnos qué hacer o qué es lo correcto: eso sólo puede hacerlo nuestra mente. "Las emociones no son herramientas de cognición". (Rand, La virtud del egoísmo, p. 32) Una persona que utilice sus emociones como guía para la acción sólo será incoherente y fracasada, un temible lío de contradicciones.

Sin embargo, las emociones pueden revelar al instante los valores de una persona y, en este sentido, a menudo pueden ser útiles. Es muy difícil disimular u ocultar las emociones, por lo que pueden ser un factor revelador a la hora de juzgar a una persona.

El objetivismo está lejos de ser frío y calculador. A veces se percibe así porque hace hincapié en la supremacía de la razón como base de toda acción humana. La visión común de la razón es que no es compatible con la emoción, pero la visión objetivista de las emociones no admite tal dicotomía. Las emociones son racionales, si se basan en valores coherentes.

El objetivismo defiende la felicidad como aspiración última de todo individuo. En palabras de la propia Rand, su filosofía es "el concepto del hombre como ser heroico, con su propia felicidad como propósito moral de su vida...". ( Atlas Shrugged apéndice). La felicidad no se refiere a una distorsión hedonista, sino a una felicidad a largo plazo basada en la racionalidad, la moralidad, la integridad y la productividad. "La felicidad no debe alcanzarse a las órdenes de caprichos emocionales... La felicidad es un estado de alegría no contradictoria, una alegría sin pena ni culpa, una alegría que no choca con ninguno de tus valores y que no trabaja para tu propia destrucción... La felicidad sólo es posible para un hombre racional, el hombre que no desea nada más que metas racionales, no busca nada más que valores racionales y no encuentra su trabajo más que en acciones racionales." (Discurso de Galt, Atlas Shrugged p. 948). El objetivismo defiende la integridad inquebrantable, la justicia y el interés propio racional. Pero todo esto son virtudes, y las virtudes no son frías ni calculadoras.

Una transacción comercial es, de hecho, una buena representación de una interacción humana ideal. Encarna los valores de productividad, justicia e integridad. El intercambio de valores (de cualquier tipo) es el principio más importante y justo de todas las relaciones humanas y una transacción comercial ejemplifica el comercio mejor que cualquier otra cosa. Para una persona que ama su trabajo, realizar una transacción a cambio de dinero es una afirmación de su vida y su productividad. Por lo tanto, representa todo lo que él valora. Un intercambio es una situación en la que todos ganan cuando se hace libremente, porque ambas partes se benefician de él y ambas son más felices. El comercio en todos los ámbitos es beneficioso, tanto si se trata de una transacción comercial como de una relación humana basada en valores.

Para más información sobre el valor del dinero y el valor del comercio, recomiendo la lectura de Atlas encogido de hombros especialmente el discurso de Francisco d'Anconia (p. 387-391).

Malini Kochhar
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Objectivisme
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