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Tras una protesta generalizada, las autoridades europeas han cancelado sus planes de regular estrictamente el aceite de oliva que se sirve en los restaurantes.
La normativa propuesta habría obligado a los restaurantes a utilizar únicamente aceite de oliva en envases irrellenables, cómodos para los grandes fabricantes, pero difíciles o imposibles de comercializar para los pequeños artesanos. La normativa habría prohibido los clásicos tarros de aceite y, por tanto, el uso de aceite artesanal.
Puede que sea una pequeña victoria, al menos si no eres un productor artesanal de aceite de oliva, pero es un recordatorio: Las victorias son posibles. Los burócratas y los empresarios amiguetes no siempre ganan. Ni siquiera en Europa.
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