Mis hijas de 5 años estaban muy emocionadas. Mi mujer las había llevado a la tienda de manualidades a comprar camisetas con dibujos que ellas mismas podían colorear con rotuladores especiales. Estaban deseando llevarlas a la guardería para enseñárselas a sus amigos.
Pero muchas escuelas siguen recurriendo no sólo a los códigos de vestimenta, sino incluso a los uniformes escolares para hacer frente a una serie de graves problemas del sistema educativo. ¿Es esto un ataque a la individualidad? ¿Qué haría Ayn Rand? ¿Llevaría uniforme? ¿O diría: "Mi forma de vestir no es asunto tuyo"?
Las escuelas privadas pueden establecer sus propias normas y algunas, sobre todo las católicas, exigen una vestimenta estándar. Pero estos requisitos son más problemáticos en las escuelas públicas. (Aun así, la cuestión es: ¿cuáles son los pros y los contras de los uniformes?
El problema es bien conocido. A pesar del aumento del gasto, el rendimiento académico según la mayoría de las medidas semiobjetivas, como los resultados del SAT, es plano en el mejor de los casos. Y lo que es peor, a menudo no se permite a los profesores disciplinar o expulsar a los alumnos conflictivos, ni a los administradores despedir a los profesores deficientes.
Peor aún, muchas escuelas están plagadas de violencia. Algunas, con detectores de metales, guardias de seguridad y alambre de espino, parecen más bien cárceles.
Muchos ven en el vestido parte del problema.
Los niños suelen juzgarse unos a otros por lo que llevan puesto. ¿No llevas la última moda para quinceañeros? ¡Perdedor! El acoso escolar es un grave problema en la mayoría de los colegios, y los desaliñados o poco elegantes suelen ser el blanco de los insultos. Y los niños son agredidos e incluso asesinados por sus Air Jordan carísimas. Luego están los chicos que llevan los pantalones bajados, enseñando el trasero, o que se parecen a los fenómenos de circo de la cultura gangsta.
Los uniformes escolares podrían eliminar la vestimenta como fuente de juicio superficial y gran parte de la disfunción social asociada. Se animaría a los alumnos a juzgarse unos a otros por el contenido de su carácter. Y los uniformes pueden dar a muchos niños una sensación de orden y disciplina personal.
¿Quién podría oponerse? Bueno, yo podía, cuando era una activista del baby-boomer en el instituto hace muchas décadas. Mi forma de vestir era conservadora, pero no me gustaba ver a El Hombre persiguiendo a mis compañeras por los pasillos por llevar faldas demasiado cortas o el pelo demasiado largo. Admitamos que los boomers resultaron ser una generación problemática.
Aun así, a mis hijas les gusta elegir la ropa que se pondrán cada mañana para ir al colegio. Tienen una idea de cómo quieren ir vestidas. Hasta ahora no han querido vestirse como bailarinas de barra o prostitutas. Les preocupa más quién lleva el búho y quién la camiseta de sirena.
Y cuando los niños avanzan hacia la adolescencia, están encontrando su propia identidad y experimentando con su aspecto y muchas otras cosas. En serio, ¿un poco de pelo morado y unos cuantos tatuajes son realmente un problema? ¿Obligarles a conformarse les ayuda realmente a madurar? ¿O simplemente les inculca el odio a toda autoridad y norma?
Esto nos lleva de nuevo a Rand, concretamente a la ética objetivista que ella propugnaba. La educación no es simplemente verter hechos en las cabezas de los estudiantes; se trata de educación moral.
Se trata de enseñar y formar a los alumnos a pensar, a valorar la razón por encima de todo y a cultivar la virtud de la racionalidad. Es enseñarles a valorar el trabajo productivo como propósito central de sus vidas. Es enseñarles a valorar la honestidad, enfrentándose siempre a la realidad objetiva. Es enseñarles a valorar la independencia -juzgar con su propia mente. Se trata de enseñarles a valorar la integridad: vivir de acuerdo con sus valores. Se trata de enseñarles a valorar la justicia: dar a los demás lo que se han ganado, no sólo en un sentido comercial, sino también espiritual.
La escuela y la cultura actuales no han sabido inculcar estos valores. Este fracaso, sumado a los retos normales del paso a la edad adulta, es la razón por la que algunos padres encuentran en los uniformes escolares, en algunos contextos, una especie de sustituto. Muchos optan por la educación en casa para evitar todo el lío de la escuela como institución.
Pero todos los padres preocupados con razón por la educación de sus hijos deberían centrarse primero en inculcarles los valores y virtudes que necesitarán para vivir vidas florecientes y prósperas, y defender esos valores en la cultura y ante cada profesor, administrador escolar y político para crear una sociedad digna de individuos virtuosos.
Explore
Sara Pentz, "Educación para una nueva ilustración". 1 de junio de 2007.
“Schools for Individualists: TNI's Interview with Marsha Familaro Enright.” February 4, 2011.
Edward Hudgins, former Director of Advocacy and Senior Scholar at The Atlas Society, is now President of the Human Achievement Alliance and can be reached at ehudgins@humanachievementalliance.org.